Digámoslo sin preámbulos, El Quintà es la esencia de una de las máximas expresiones de la garnacha blanca mediterránea.
Mis referencias de la bodega datan de 1996, y alguno de sus vinos los caté por primera vez, el mismo año, en la Unión Española de Catadores de Madrid (UEC). Desde entonces he podido comprobar, personalmente durante la pasada semana, cómo Mari Carmen y Manolo no han perdido un ápice de ilusión en su proyecto. Ahora con la templanza que aporta su experiencia, he visto reflejada en su mirada ilusión, emoción y ansias por llevar a cabo los nuevos proyectos que reflejarán próximamente su vertiente más ecológica.
El Quintá 2013 nace de una añada fresca en la Terra Alta, con un otoño insólitamente lluvioso y un invierno muy largo. Afortunadamente un verano tranquilo, con buenas temperaturas, aportó una maduración óptima de la garnacha blanca (cepas de 60 años), aunque con poca producción por un mal cuajado previo. Los suelos de El Quintà, 4 ha en dos fincas de panal (arenas profundas con sílice sedimentado en medio calcáreo), poseen pequeñas y suaves oscilaciones con orientación este-oeste en Gandesa. La Fermentación se hizo en botas de allier de 500 litros durante 20 días con previa maceración pelicular y posterior crianza en la misma madera durante seis meses.

Adjunto el link con la vertical 2001-2011 que hicimos en Vinoscopio de El QUINTÀ 2001-2011
Más info en la web de la bodega Bárbara Forés
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