Agustín Blázquez fue uno de los productores históricos del marco de Jerez, con la peculiar y, ahora, añorada característica de la elaboración de sus vinos con origen en viñedos concretos, como Fino Agustinito en Pago de La Balbaína o Capuchino Palo Cortado en Macharnudo, con suelos éste último enclavados a elevada altitud y una gran pureza en la composición de las albarizas. Numerosas fueron las etiquetas en producción durante la vida de la bodega, afamadas algunas como PX Carta Azul, Carta Blanca Fino, Amontillado Fino Pago Macharnudo, Carta Roja Oloroso, Manzanilla Pasada Gloria, Carta Plata Amontillado, Carta de Oro, Palo Cortado Capuchino o Fino Albero, el vino que hemos elegido hoy para comentar. La bodega se vendió en 1973 a Osborne, González Byass y Domecq, el cual compró participaciones al resto de socios, haciéndose con la propiedad al completo.
JEREZ FINO ALBERO DE AGUSTÍN BLÁZQUEZ (1940-1950)
(Valoración personal 19,5/20)
A la vista, entre cobrizo y yodado con capa media. Elegantes y comedidos aldehídos en nariz, y aunque parezca mentira en un vino con 70 años se encuentra en buena fase de evolución. Boca milimétrica, equidistante el tempo en cada fase de la cata. El vino se desliza con una elegancia difícil de superar. Una auténtica joya con vida por delante.
Mis agradecimientos a Alváro Girón, Nico (Maitea Taberna) y Carlos Alvárez sin los cuales no habría sido posible una de las mejores catas del presente año, y de la cual iremos poco a poco comentando cada uno de los vinos que tuvimos oportunidad de catar, destacando Manzanilla Pastora (Años 40), Amontillado Fino Pago Macharnudo de A. Blázquez (1960), La Riva Tres palmas (1970), Jandilla Amontillado Macharnudo (1950) y algunos otros.
