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COCKBURN VINTAGE OPORTO 2000

Afortunadamente, en algunas ocasiones, los cambios de propiedad de las bodegas tienen menos impacto que la personalidad que marca el propio viñedo, y en mayor medida cuando el producto a elaborar siempre ha permanecido intacto, en este caso el vino de Oporto. Cockburn posee una larga historia desde 1815 en que se fundó, y desde entonces ha pasado por manos de diversos propietarios hasta que en 2006 fue comprado por la familia Symington. La piedra angular en Cockburn es la Quinta dos Canais, poseedora de un espectacular viñedo al sur del Douro superior. Próximo a Valeira y frente a la Quinta de Vargellas (Taylor), los suelos principalmente están formados por esquistos (roca laminada similar a la pizarra) sobre una base granítica y con capacidad para retener agua que será de gran ayuda durante los secos veranos en la región del Alto Douro, zona donde se producen los mejores vintages. En cuanto a las castas, cada una de ellas tiene un suelo ideal donde desarrollarse, por ejemplo la touriga nacional requiere suelos pedregosos y poco profundos, mientras que la touriga franca necesita suelos fértiles y protección frente a los vientos, formando junto con la tinta roriz, tinta barroca y cao las variedades más extendidas en la elaboración del oporto. Otro de los factores importantes en su personalidad es su clima atlántico, protegido por la Serra de Marao y que aisla la zona de lluvias provocando enormes contrastes de temperatura entre verano e invierno.

COCKBURN’S 2000 VINTAGE PORT
(Valoración personal 17/20)
Añada seca, sin lluvia hasta Febrero. La viña brotó temprano debido a temperaturas por encima de la media y refrescó en Abril, aparecieron lluvias que triplicaron la media del mes con el consiguiente retraso de la floración. Primer vintage del siglo con poca producción y vinos de gran concentración.
Púrpura intenso, con reflejos magenta y sin un ápice de evolución. Intensidad alta, con predominio de una fruta bien definida a moras, grosellas e higos, vinoso sin exaltación del alcohol y con un agradable recuerdo a tierra, muy joven aún en nariz. En boca destaca la armonía entre unos taninos maduros y una fruta fresca, jugosa y muy concentrada. Muy persistente. Un gran vino con mucha vida por delante, aún después de sus 15 años de vida, muestra de la enorme calidad de la añada 2000.

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