Catar «Laureanos» es como viajar a un mundo sensorial repleto de sorpresa y contraste, todo es posible. Resulta apasionante acercar la nariz y adentrarse en lo más profundo del análisis organoléptico, sin miedo, sin formatos, sin complejos, pero sí con ganas de interiorizar aromas y buscar nuevas referencias sin límites. La boca de sus vinos no es al uso, como tantos y tantos colegas de «rock&roll», hay alma, consistencia, no hay notas sidrosas, hay delicadeza táctil, peso de fruta, equilibrio, rotundidad, y a veces, eso sí, nos rompe los esquemas con algún vino excéntrico que nos cuesta entender o con aldehídos fuera de los parámetros estándar, la naturaleza traza las líneas límite en Pinell de Brai.
A mediados de Octubre, ya acabada la vendimia y con la mayoría de los vinos practicamente fermentados, visitamos Celler Laureano Serres Montagut.
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| Finca Espartal (Pinell de Brai) |
Y como el movimiento se desmuestra andando, Laureano nada más llegar, nos adentró en lo más hondo de sus depósitos recién fermentados con la añada 2014.
Comenzamos con el primer depósito, Terme de Guiu Blanc 2014, aún muy turbio y marcado por los aromas secundarios, pero ya desde su inicio asoman los toques minerales de suelos calcáreos junto a una espléndida acidez. Seguimos con la garnacha de Finca Espartal 2014, con fondo a talco, profundo y muy floral, para después ir catando los varietales vinificados separadamente como el cabernet, que posiblemente irá al último vino comentado, muy medicinal, granada y almendra que en ningún caso recuerda falta de madurez. También catamos un depósito de garnacha y tempranillo de finca de una familia suiza de Pinell, con un perfil más seco y amargo que los anteriores, para seguir con un casi 100% garnacha con algo de macabeo y finalizamos la cata de depósitos con Mendall Finca Caibelles 2014, de merlot, cariñena, tempranillo y syrah donde abundan las moras y un perfil floral, con estructura y volumen en boca. Tenemos la impresión, a juzgar por las muestras, que ha sido una buena añada en la zona.
Entre sorbo y sorbo, Laureno nos explica su forma de ver la vida, su filosofía de elaboración, todo ello sin mencionar la palabra «vino natural» aunque quedaba implícito en toda su descripción, tanto refiriéndose a la viña como a la elaboración. Poco a poco nos desgranó sus más inmediatos proyectos, como el nuevo local, que visitamos, donde tiene previsto vender sus vinos y los de sus «colegas» elaboradores.
Tras las muestras de depósitos, continuamos con botellas como BB2 2012, de garnacha blanca, con 6 meses en ánfora y 15,5% de alcohol, con trama de botrytis en nariz y una boca impresionante donde estructura y volumen matizaban un perfil oxidativo que contra todo pronóstico, suma y aporta carácter en lugar de penalizar, exultante por la cantidad de matices y con una personalidad arrolladora fuera de parámetros tradicionales, todo ello con una enorme calidad.
Con fondo cárnico, de caldo de ave, Terme de Guiu 2013 nos sorprendía de nuevo, voluminoso y con una magnífica acidez, excelente textura táctil y eterno en longitud. Espartal cabernet 2013, con aldehídos rayando el delito que contrastaban en exceso con algunos gramos de azúcar residual. Y cómo no, Brutal 2013, 25% ull de llebre, 25% marcelan, potente en alcohol, necesitando mucha oxigenación, brutal en boca. Finca Caibelles 2013 M, merlot principalmente, junto con algo de cabernet y tempranillo, bien definido, redondo y fino en boca.
Laureano y Eleuterio de «Finca de Cavalls» nos hicieron disfrutar de unas maravillosas vistas de la Sierra de Pàndols y Sierra de Cavalls desde La Punta Alta, donde disfrutamos de la generosidad de la cava particular de Laureano con un «Cote du Rhone» de Jumilla, Escombros 2013 de Erich Rosdahl.
Charlamos finalmente sobre filosofía, amigos, el entorno, la sabiduría que aporta la experiencia, incluso no nos olvidamos de hacer comentarios sobre los vinos naturales…
Más info en: Laureano Serres
Os dejo también un interesante artículo sobre vinos naturales de Benoit : Los vinos naturales, por Benoît Valée
