Finca la Estacada nace en 2001 con el objetivo de crear vinos sinceros y de terruño fruto de una larga tradición familiar vitivinícola. Viñedos en propiedad (270 ha) en suelos de arcilla con base calcárea y plantados a 850m de altitud. Desde su nacimiento, Finca la Estacada ha ido creciendo hasta convertirse en la actualidad en un complejo enoturístico, con restaurante, hotel, spa, y multiples actividades como «La voz del vino» una sala polivalente que da cabida los fines de semana a espectáculos, música y diversas actividades siempre en torno a una copa de buen vino.
La Estacada se ubica en Tarancón (Cuenca), a algo más de media hora en coche de Cuenca y de Madrid y pertenece a la DO Uclés, denominación que gracias al apoyo que recibe su gerente, Lola Nuñez, nutre de múltiples actividades vinícolas y de ocio a una zona muy castigada por la despoblación.
La bodega produce alrededor de 2.500.000 botellas y las ventas se reparten casi por igual entre el mercado nacional y la exportación. Entre las variedades blancas destacan chardonnay, sauvignon blanc, airen, viognier y verdejo y en tintos las variedades son tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, petit verdot y syrah principalmente.
Prometemos visitar Finca Estacada para hacer eco de todas sus actividades como complejo enoturístico, pero de momento nos conformamos con compartir con vosotros la cata de dos de sus vinos mejor comercializados.
FINCA LA ESTACADA BLANCO 2020 (Chardonnay y sauvignon blanc)
Amarillo de cierta intensidad.
Fruta blanca bien madura, gominolas, cítricos, melón, incluso fruta de hueso como melocotón y ciruela amarilla. Alcohol bien integrado.
Sedoso, de ligera amabilidad, con volumen de principio a fin de la boca. Finaliza con un sabor intenso y un juego bien ideado entre notas salinas y maduras. Esta botella agradece una previa aireación.
Valoración personal: 15,5 /20
Precio: 5€
VARIETALES RESERVA 2015 (Tempranillo, C.S., merlot y syrah)
Capa alta, casi opaco con ribete ligeramente teja.
Profundo al primer golpe en nariz, ligera reducción, con algún aroma ya terciario y cárnico. Fruta negra, ciruela, con agradables notas balsámicas y buena integración de la barrica.
Sedoso en su entrada en boca, sutil, graso, con buen crecimiento en boca, y a su vez refleja un buen equilibrio entre la fruta y el perfil especiado que da fe de su paso por barricas; acidez correcta. Vino de invierno maduro.
Valoración personal: 16/20
Precio: 9€
