Aunque no conozco personalmente a la familia Nin Ortiz, tengo la impresión de que su trabajo dista mucho del postureo vinícola tan de moda de los últimos tiempos. La Biodinámica, los ciclos naturales, la biodiversidad, la prevención de las enfermedades de la vid mediante tratamientos naturales, el mantenimiento del carácter propio de su hábitat (Porrera) y el amor por la tierra al fin y al cabo, son los cimientos sobre los que construyen su forma de entender la enología.
Recientemente hemos catado Planetes de Nin 2014, un vino de garnachas y cariñenas con rendimientos inferiores a 700 gr, plantadas en bancales de 17 y 10 años respectivamente, y con origen en su finca «Les Planetes» de 4 ha y orientación Este.
En todos sus vinos, desde 2003, trabajan bajo la metodología biodinámica según explican en su propia web:
La agricultura Biodinámica nos ayuda a comprender mejor y vivir los ciclos básicos de la naturaleza en cada una de las fincas, de los suelos y microclimas.
También seguimos el calendario de campo biodinámicas, de influencia planetaria, de Maria Thun. , en el que podemos ver que días son más favorables para realizar los distintos trabajos, tanto en el campo como en la bodega.Según la posición de los distintos planetas de nuestro sistema solar, se ha comprobado que las plantas están más «centradas» o «trabajan» más sobre su RAÍZ, FLOR, HOJA O FRUTO.
La LUNA, con sus elipses alrededor de la tierra, nos da dos ciclos : ASCENDENTE Y DESCENDENTE.
Cuando trabajamos con los vinos en la bodega, o embotellamos, lo hacemos siempre en luna descendente y día flor o fruta. La luna descendente, hace que las partículas en suspensión de los vinos, o la salvia de las plantas, estén en «bajada», tirando al fondo.
PLANETES DE NIN 2014
(Valoración personal 16,5/20)
Rubí, de capa media. Leve fondo animal al primer golpe en nariz que desaparece al agitar la copa, frutillos rojos y negros que perfilan aromas más profundos a sotobosque, muy mineral, bombón ingles, aceituna negra, todo ello en un entorno sumamente agradable. Trazas balsámicas, «after eight», que apuntan la elegancia de una madera de calidad apenas perceptible. Mediterráneo por su madurez y atlántico por su frescor.
Posee una agradable entrada en boca, con paso fluido y limpio, con una trama que apunta buena estructura junto a un tanino terroso y una magnífica acidez que deja paso a un fuerte componente mineral.
Producción: 8500 botellas
Precio: 32€
