Aunque el viñedo se ubica en el Roussillon, a 15km de Perpignan, pertenece a la apelación Vins de Pays des Côtes Catalanes. Cyril Fhal es un joven con un curriculum de impresión, trabajó con Nicolas Joly en el Loyra y asesoró a los Palacio en el Bierzo y Dominio de Atauta.
Trabaja con 5Ha de garnacha, cariñena y cinsault y los suelos contienen gneiss (muy parecido al granito) y pizarra, para elaborar tres vinos, un «jeunes vignes», el que nos ocupa hoy y el preciado L’Ubac de cepas centenarias, en total alrededor de las 10 000 botellas.
La agricultura la hace con preparados biodinámicos y abonos naturales, el arado es animal y vendimia con tendencia al «antes que después» vinificando con bajo contenido en sulfuroso, (<20mg/l), en tinos de madera de 500 litros y sin filtrar.
Todo lo anterior está muy bien, pero llega la hora de la verdad, la cata :
El vino que nos ocupa lleva alrededor de 80% de cariñena y 20% de garnacha de 80 años.
A la vez que acercamos la copa a la nariz nos vienen tres palabras a la mente, profundo, auténtico y elegante. Antes de agitar ya nos parece un gran vino, a veces cuando tenemos estas impresiones personalmente me da miedo continuar con la cata (son tantas las decepciones), pero intuyo que en esta ocasión no va a ser así.
De capa media alta, rojo cereza con reflejos violetas.
Franco, ligero fondo animal muy agradable, carácter mineral, frutillos rojos y negros como moras y cerezas, muy floral, fresco, y la barrica se intuye aunque apenas es apreciable, notas de chocolate amargo, pimienta blanca y bastante complejo.
Agradable y equilibrada entrada en boca, buena acidez, sabroso, y poco a poco se apodera de la boca sin molestar un ápice el tanino terroso.
Sin duda un gran vino de «vigneron» y natural sin «chirríar», le auguramos además un buen envejecimiento hasta 2015 al menos.
Publicado por Santiago Fernández.