Insospechados son los caminos por los que una copa de vino puede llegar hasta nuestras papilas. Ayer, frente a los nichos de LA VINOTECA, una de las pocas tiendas de vinos del antiguo barrio de pescadores «La Barceloneta», me encontré una vez más en la tesitura de elegir una botella de vino. No es la típica tienda especializada, aún siéndolo, donde las referencias se acumulan y difícilmente tienen salida; la oferta se renueva con facilidad y del armario frigorífico salen raudas las botellas bien frías para consumo en la playa o en la multitud de pisos turísticos de las cercanías. Aunque mis presas no son fruto del azar, en ocasiones me gusta encararme a las estanterías y probar suerte. Hay concienzudos estudios sobre que criterios debe seguir el diseño de una etiqueta para ser elegida por el comprador, en mi caso decidí escoger el vino por algo más tangible: el peso de la botella. Curiosamente, entre muchos «ecos», COSOS 2014 poseía la botella de menor peso entre las existentes. El impacto es obvio: una menor HUELLA DE CARBONO con la consiguiente reducción del efecto invernadero. El menor peso y una atractiva etiqueta consiguieron, junto a un precio muy asequible, conquistarme mientras dejaba pasar el tiempo para que escampase y la torrencial lluvia permitiese seguir mi camino. Después durante la cata llegaría el resto, la garnacha, Campo de Borja, autor y elaboración…
Michel Cooper, californiano de origen, se instaló en Aragón en 2003 y ha puesto en marcha numerosos proyectos ligados a la elaboración, distribución y venta. Su sensibilidad se orienta hacia una vinificación respetuosa con la identidad del territorio, transparencia de los suelos y el uso de levaduras autóctonas. Ha ideado una línea de vinos, de distintas zonas, relacionada con la influencia de los vientos en la viticultura, “Vinos del Viento”. Cierzo, Poniente y Bora es el resultado de su último trabajo del que daremos cuenta en breve, como a continuación hacemos de Cosos 2014.
COSOS 2014 (DO Campo de Borja, garnacha 100%)
(Valoración personal 14,5/20)
Rubí, media capa. Aún no siendo muy intenso en nariz, destacan unos agradables frutillos rojos y notas frescas complementarias a tenues trazas de barniz. En un marco, afortunadamente poco maderizado, se perfila con timidez el varietal junto a notas vegetales que aportan un estilo fresco y juvenil. Seco en la entrada en boca y de buen paso, convence con una agradable sensación tánica que desemboca en un final fresco y frutal muy correcto.