A raíz del siguiente titular enviado esta semana a nuestra web nos apetece hacer un recordatorio sobre la importancia de la huella de carbono :
Pionera mundial en el uso de la geotermia, la bodega elabora todos sus vinos con 0 emisiones de CO2.
La huella de carbono se podría definir como una medida «certificada» que cuantifica la emisión de CO2 a la atmósfera durante el ciclo de vida del producto en cuestión, desde la obtención de la materia prima hasta su consumo y posterior gestión como residuo. Desde el punto de vista vitivinícola para el cálculo se tiene en cuenta el consumo energético en las tareas agrícolas, vendimia, elaboración, transportes, consumo eléctrico e incluso la distribución por carretera o por cualquier otro medio, de forma que si la ciudad de origen del producto requiere transporte aéreo por ejemplo, la huella de carbono aumenta escandalosamente, teniendo un valor muy alto aunque se haya optimizado al máximo el consumo en la elaboración del producto.
Un dato que nos resultaba curioso emitido por la BBC es:
Google emite 7 gramos de CO2 con cada búsqueda
Aunque Google lo desmintió alegando que únicamente emitía 0,2 gr de COs por búsqueda.
Cada día las empresas más sensibles a los temas sobre efecto invernadero y contaminación en general intentan restringir las emisiones con políticas de compensación de diversa índole como la plantación de árboles, aprovechamiento energías naturales y cualquier otro sistema que compense las emisión de contaminantes a la atmósfera.
Un ejemplo a seguir es el de empresas como Marqués de Terán que aunque sabemos responde a políticas de marketing no dejan de ser beneficiosas para el conjunto de la sociedad.