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QUINTA QUIETUD RESERVA 2016 (D.O. TORO)

Para algunos catadores nuestra historia personal transcurre paralela a las distintas etapas de la enología en los distintos entornos. Cada vivencia, cada nuevo amigo, cada paso adelante o hacía atrás lo asociamos con vinos de los que hemos sido cómplices de una u otra forma. Sirva como ejemplo el vino que hoy catamos, Quinta Quietud, con el que vienen a mi mente los recuerdos de aquella primera vez que lo probé. Fue en Sigüenza, en el Molino de Alcuneza  de la mano, como siempre, de  Javier Castro (Bodegas Ziries) en una visita a Blanca, propietaria del Molino, allá al filo del año 2001.

Esta pequeña bodega nació del proyecto Belondrade y Lurton en 1999, saliendo en 2001 su primera añada, fecha en que pasó a manos de los actuales propietarios, con Jean-François Hébrard como enólogo. Ya desde sus inicios la personalidad del vino huía de la «rusticidad» habitual en la zona y buscaba la evolución hacia la elegancia y armonía, con una fruta roja en primer plano y un roble fino y discreto capaz de perfilar amplitud y longitud en boca.

Quinta Quietud se ubica en Toro, muy cerca y al sur del margen izquierdo del río Duero. En torno a los 700 msnm y en un clima continental extremo con escasas precipitaciones. Los suelos de sus 24 ha de tinta de Toro abundan en canto rodado y arenas del Terciario con cepas, en propiedad, plantadas en vaso y en secano; suelos pobres y muy profundos que contrastan con la riqueza del subsuelo.

QUINTA QUIETUD RESERVA 2016

(Valoración personal 17,5/20)

Rubí de capa media alta, con ribete vivo y aún con la furia de la juventud. Limpio, franco, fresco, muy abierto ya desde un principio incluso a copa parada; fruta roja y negra sin sobresalir una sobre la otra, frambuesas y aceituna negra, notas de miel, balsámico, elegante en su conjunto y con un roble de calidad en su justa medida en presencia.

Agradable en la entrada en boca, delicado al tacto, marca bien los tiempos, de excelente acidez y redondo a la vez. Aunque está para beber, su compacto tanino  dota al vino de cierta rugosidad característica del principio de lo que puede ser una larga vida, y que con ayuda de de cierta salinidad en su final le hace más fresco y testigo de la mineralidad que posee.

En nuestra opinión y a diferencia de sus principios el vino transmite un gran trabajo de precisión en la viticultura, otorgándole finura y frescor sin abandonar el carácter propio de la tinta de Toro.

Bodega: Quinta Quietud

Denominación: DO Toro.
Enólogo: Jean-François Hébrard
Producción: 30 000 y 1000 magnums.
Varietal: Tinta de Toro 100%
Suelos: Canto rodado y arena.
Finca: La Jara (Certificación ecológica)
Elaboración: Mesa de selección, levaduras autóctonas, depósitos de inox. y 24 meses de crianza en roble francés.
Alcohol: 14,5 %
Certificación: CAECyL.
Web: QUINTA QUIETUD
Precio: 21,50 €

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